Tormenta en un frasco y magia de a pedacitos
Por Feke
“Marge, no voy a mentirte”, dijo una vez Homero cuando
no tenía palabras para responder a su esposa. Y es así como me siento en este
preciso momento. Hoy al mediodía me dieron la posibilidad de escuchar antes de
tiempo la nueva obra de esta enorme banda tucumana, y al darle play me costó
horrores irme a trabajar antes de que termine. Me fui sin ganas de escuchar
otra cosa, lo único que tenía en la cabeza era ese sonido único, esa marca
personal que deja la música solamente cuando tenés en frente un grupo de almas
indicadas para sonar juntas. Que estos tres pibes decidieran formar un grupo es
como esas veces que se alinean los planetas: solo pasa cada miles de años. Y
miren lo sabía que es la naturaleza! Si todas las bandas fueran asi de
increíbles, la vida sería un embole. Estaríamos todos completos, no habría nada
que te haga pensar lo complicada y hermosa que es la existencia. Este es de
esos discos que te ponen en contacto con uno mismo, con tus emociones y
sentimientos. Te obliga a buscar tu corazón en tu bolsillo, ponerlo arriba de
la mesa y fijarte a ver que dice.
Tal vez porque la espera me pareció muy larga, porque
Random es de esas bandas que te hacen probar un poquito de magia y se la
guardan para ellos, distribuyéndola en dosis bajas, porque saben perfectamente
lo que hacen. Tal vez porque el disco es mitad sorpresas y mitad lo que
personalmente quería escuchar de ellos. Tal vez porque suena a una perfecta
mezcla de influencias, pero al mismo tiempo no podes decir que se parece a
alguna. O tal vez por una mezcla de todo lo anterior es que este pedacito de
arte sea tan importante.
PIDANOMA es variadísimo. Va y viene. Sube y baja.
Entra y sale. Se prende y apaga. Todo es tensión y relajación, manejados con un
altísimo nivel de sutileza y gracia. No hay nada mejor que las tensiones. Lo
mejor de la vida te deja al palo y te libera justo antes de que te vuelva loco,
antes de que tu cabeza se sature y explote. Y que zarpado caso este. Acá se
pudre todo y de repente hay paz y no te diste cuenta. La vida entera es una
eterna lucha entre el caos y el orden, y estos pibes lo saben, y no porque su
música sea desordenada. Al contrario, cada cosa tiene su lugar y esta
meticulosamente puesto ahí. Lo que pasa es que conocen las emociones que
provocan. Las conocen porque las sienten, y ahí está lo mejor del disco. La
perfecta cantidad de melodías, podredumbre, juegos de voces, diferentes formas
de hacer sonar los instrumentos y soniditos atonales, todo está pensado y todo
tiene su propósito. A tal punto que se nota que Random toca con el corazón,
porque es el único que puede hacer este tipo de cosas tan lejos de los errores
de la cabeza.
Musicalmente hablando, Pidanoma (y Random en general)
es impredecible. La sartén por el mango la tienen ellos, no vos. Para esos
temas que ya sabes cómo van a terminar, pone Back In Black y no jodas. Estos
locos son progres hasta la medula y no necesitan caer en cada cliché del género
para que se entienda. Es por eso que al lado de los solos volados hay riffs
trabaditos y complicados; voces, aunque pocas, el álbum es más instrumental que
cantado, de mil estilos diferentes, gritadas, limpias y casi podridas. La batería
es totalmente inquieta y llena de tiempos raros, y aun así no es independiente,
sino que es tan parte del juego musical como todos los sonidos que reproducen
estos temas. Y hablando de sonidos, mención especial para la interminable
cantidad de sonidos diferentes que puede sacar una viola con pedales y efectos.
No me entra en la cabeza como alguien puede darle tanto uso a este recurso y
que nada suene de mas ni exagerado. Lo que es la pasión, eh? Y hablando de pasiones,
que increíble que es el bajo. Sabe cómo y dónde destacar, jugando con la
camiseta de la versatilidad a tocar con dedos, slap o efectos. Y una vez más,
todo encaja perfecto. En resumen, esta composición está llena de agresividad, armonía
y hablidad instrumental, la cual brilla de principio a fin. Todo se aprecia cómo
se debe gracias a una minuciosa grabación y a un trabajo de producción digno de
cualquier banda profesional.
La conexión es estupenda. Esto es algo que todos los
que escuchen van a interpretar de diferente manera. En mi caso, los mejores
ejemplos de máximo disfrute son los veinte minutos de cierre del disco y el
increíble ensamble con Adrian Terrazas Gonzalez. Es impresionante lo ajustados
y volados que suenan al mismo tiempo. Te reto a vos, lector, a encontrar otra
banda que sea capaz de mastodóntica tarea. Acá no vas a encontrar ni un puto
segundo que suene forzado o innecesario. Y es de una originalidad tal que no se
puede creer.
Hay algo que no puedo dejar de mencionar y es el
contexto de esta publicación. Los músicos decidieron continuar con su tradición
de ofrecer acceso gratuito a su arte, pero con la condición de lanzarlo el día
en que nazca el segundo hijo de Marcos, baterista. Es un gesto hermoso, la
expresión esta al mismo nivel que la descendencia. Con cada segundo de música
uno se da cuenta de lo importante que es para quien la toca, y esto es otro
ejemplo de lo mismo. Realmente noble.
Para ir cerrando, saben cuál es el problema de
PIDANOMA? Random se dejó la vara demasiado alta. Como podrán superar esto? Como
harán para crear algo mejor? Serán capaces de seguir superándose? Todas estas
preguntas me hice cuando termine de escuchar Todo.s Los Colores Del, y hoy las
respondí con un rotundo sí. Entonces ya estoy manija esperando el próximo, a
ver cómo sigue esta historia. Historia progresiva, obvio.
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