jueves, 30 de enero de 2014

Nanda Collection - Kyary Pamyu Pamyu, 2013

Por Kato

Antes de hacer una crítica sobre el nuevo trabajo de Behemoth no puedo dejar de escribir la reseña de un disco que me llevó hacia un mundo en el que ni remotamente tenía pensado entrar: el JPop. Por desgracia  creo que por más esfuerzos que haga no voy a encontrar nada comparable a "Nanda Collection" de Kiriko Takemura, alias Kyary Pamyu Pamyu, una chica 'harajuku' de escasos 21 años.

La bestia JPop es bípeda, camina sobre una pata anclada en lo visual (vinculado a la moda), y la otra musical (vinculada a la música). Takemura se encarga de lo primero y Yasutaka Nakata, su productor, es el cráneo en lo segundo.
Algunas de las cosas que puedo discernir como relevantes en este maravilloso álbum:

- Las melodías y las contramelodías suelen estar conformadas por escalas sintéticas que vuelven errático el centro tonal, generando climas de ambivalencia que van perfecto con los elementos siempre random de la instrumentación o las características del estilo que prepondere en cada tema. Hay muchas progresiones de acordes muy atípicas para el estilo, notas extrañas a las tonalidades y hasta elementos con afinaciones emparentadas con la tradición oriental.

- En la forma de cantar está ausente ese estilo gimiente, afectado, constreñido y pringosamente vibrado; ya saben, esas demostraciones virtuosísticas de algún sufrir tan comunes en el pop. En cambio, KPP elige un cantar completamente simple, directo y aniñado.

- La instrumentación que complementa a los sintetizadores en cada tema es siempre variada y singular. Un piano constante, kazoos, instrumentos típicos japoneses, celestas, hammonds, marimbas(?),  glockenspiels, samples de contrabajos, de trompetas, cuerdas, y más. Quiero dejar en claro que voto a favor del break dubstep mas cute del mundo en "Invader, invader" (cuyo video dejo más abajo).

- Todo es sobreestimulante, cambiante, cargado, colorido, infantil, superficial, directo y sorprendente. Hay que ver algunos videos para terminar de entender toda la interesante propuesta estética de Kyary Pamyu Pamyu. Es un mundo completamente extraño e interesante para un argentino, metalero y peronis... amante del buen vino como yo.
Todo este análisis lo hago para intentar exorcizar lo pegadizo de las canciones, para contrarrestar con la razón los innumerables picos hiperglucémicos que este album me dió durante meses.

Matta-ne, gente.



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