jueves, 6 de febrero de 2014

Demilich – 20th Adversary of Emptiness, 2014

1993, justo cuando pensaba que nada superaría "Tomb of the Mutilated", recuerdo con claridad prístina la emoción que tuve en sala roja de preescolar al escuchar ese año "Covenant" y "Heartwork" (Morbid Angel y Carcass, respectivamente), mas mi condición de infante, sumada a la ausencia de internet, me alejaron de una banda que años después conocería y hoy reencuentro. Estoy hablando de los finlandeses Demilich que anteayer lanzaron una remasterización total de todo su material hasta su separación. Un total de 29 canciones (como Robert Johnson! Me pregunto quién podría ser el Ralph Macchio para el 'Crossroad' metalero) gratis para bajar desde su página. A continuación un breve vistazo al único LP de la banda:

Bien, no conozco disco alguno de esa época que no haya sido superado en todas de las vertientes de la 'pesadez' que conforman al death metal y sus variantes. 

Ninguno, excepto "Nespithe". 

Estamos hablando de uno de los clásicos pérdidos, de una de las gemas más extrañas y brillantes de la historia del metal.

Instrumentalmente hablando la impredecibilidad de la secuencia de patrones atonales y rítmicamente complejos son la constante en todo el álbum y el sello personal de la banda. Todo esto conforma una clase de virtuosismo muy ausente en el género del death, un virtuosismo emparentado a las lógicas que subyacen a cierto jazz y a cierta música académica contemporánea. La completa brutalidad de Nespithe reside en la aplastante densidad de todos estos elementos puestos juntos con inteligencia y buen gusto; y no, como se esperaría del death metal, de tempis inhumanos y breaks esquizoides. Las letras siguen este orden de cosas genialmente bizarro, conformando pintorescos y dantescos paisajes  gore, esotéricos y (anti)cosmológicos en cada uno de sus temas. 

Ahora ya, si no escucharon nunca a Demilich tengo que decirles lo que acabo de describir brevemente es lo último que se nota en un primer acercamiento a la banda.  Lo más impactante, sin lugar a ninguna duda, es la inenarrable supra(o infra)humana voz de Antti Boman. Nunca escucharon nada igual, ni tampoco creo que pueda ser imitada por nadie 'sin hacerse cirugía del cartílago cricoides o de la tráquea'. 

Por ser únicos, acá estamos todos en la misma: 10/10




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